Ella no se cansa facilmente. Suele hacer miles de millones de cosas durante la semana, sinembargo nunca se rinde ante el deseo de descansar, ni muchos menos es de fierro, ni robot. Tampoco toma Red Bull como chicha. Solo que no se cansa. Eso es todo.
Ella camina de un lado a otro "hay abuela, por que lava los servicios, le estoy diciendo que yo lo voy a hacer, hay carijo esta vieja no entiende" dice mientras entra a la cocina y ve a su madre mojarse sus manos arrugadas por el tiempo.
"Que hace, caramba, tenga cuidado, abuelo cascarrabias" le dice a su padre por querer barrer el patio. No. Es que ella lo tiene que hacer todo. No necesita ayuda, ella es la superhija de su madre. Atenta, linda, cariñosa y muy apegada a su familia. Es "La Hija", claro que todo padre quisiera tener. Yo también quiero una así, pero no, por que después me acostumbro y no hago nada. Aún puedo solo (así parece).
"Se cae, se cae, tenga cuidado. Abuelo, cójalo del brazo; abuela traiga la silla de ruedas, tenga cuidado al ir por ella. Ricardo colabora pues" refunfuña mientras ayuda a su hermano a levantarse de la cama para mixionar, mientras él la mirá con esos ojos negros y dormilones, como diciendole "te amo hermana, gracias por nunca dejarme". Es que Ricardo sufre de Hidrocefália por las constantes caidas por su alcoholismo crónico, claro y muy aparte de la cirrosis que no lo deja estar tranquilo; bueno creo que no va a estar tranquilo por mucho tiempo. No importa, él ama a su hermana más que a nadie en el mundo, pero nadie debe de enterarse por que si no se pone rojito como un pimientón, es por eso que nunca se lo dice, pero esa mirada triste y melancólica lo delata por completo. Por eso la ama, por que tampoco no lo obliga a hablar, es que el vive como rey, el es Elvis Presley. Es el Rey de la casa.
Ludmila, su madre, sabe que algún día se tendrá que ir lejitos,con papá Dios, es por eso que llora sin más remedio. No hay nadie quien la consuele, solo llora. Me gusta verla llorar, y no por placer, solo la admiro por que ella puede llorar más rápido que yo; me apena verla. Yo también sé que ese día llegará y empiezo a lagrimear junto a ella. Me siento orgulloso.
Tocan la puerta y el abuelo Santiago va por las llaves y abre la puerta con colera, su hija minutos antes le estaba gritando: "¡Apurese abuelo, tocan la puerta!" Ahora el abuelo refunfuña más al darse cuenta que no era nadie: "chiquillos del demonio, como les gusta joder carajo"(A él le fascina esa palabra: Carajo). Y resignado, por que pensaba que era alguno de sus cuatro hijos en plan de visita, regresa al lugar de batalla. "Ricardo, ya!... hechate bien.. ¿te prendo la tele?.. ahí esta ¿ya?.. ahora vuelvo" le dice su hermana al finalizar su ardua labor por llevarlo al baño y regresa a mi encuentro. Mientras la veo toda agitada, sudando, la admiro, y quiero llorar, llorar, llorar como el perro arrepentido del Chavo, con su rabo entre las piernas, pero me contengo. Ella daría todo por Ricardo, lo sé, por eso me dan ganas de lagrimear. Por que nunca antes había percibido tanto amor en una persona, en tal magnitud que cuida de su hermano como su más preciado tesoro. Su ángel, su tinka. Es por quién cada máñana se levanta a las 5am para poder ver que necesita. Ella duerme poco por el, no le afecta, al contrario, le da más fuerzas para seguir adelante. Ella ama de verdad. Y regresa y lo abraza como a nadie en este mundo belicoso.
El momento menos esperado a llegado: Estoy llorando. Está mujer lo logró. Me siento calato frente a ella. Con la mirada hacia el piso, temblando por dentro. Soy un maricón, un cobarde, pero no se lo digo tampoco, me cuesta. Me siento inferior ante ella. Un resplandor ilumina su espalda, parece que se aleja, no la puedo ver, ni tocar. Siento que una franja negra cubre mis ojos negros y ojerosos como en los "animes" o dibujitos japoneses. Solo cierro los ojos y pienso: "Sos grandísima Graciela".
Dedicado a las Mujeres que dan todo por alguien, pocos o muchos.